
Si usted es de las personas que se sienten felices al ver a su engreído patalear en la piscina como pez en el agua, preste atención: un reciente estudio vincula el uso del cloro en las piscinas a la aparición de enfermedades pulmonares en bebés que practican la natación antes de los dos años. El cloro es perjudicial para los bebés con predisposición genética a desarrollar alergias y el riesgo de un diagnóstico de asma es mucho más alto.
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CARLOS -